La pasion según Alianza

Posted by Ricardo On lunes, 13 de abril de 2009 0 comentarios

Después de recorrer el vía crucis de dos derrotas en casa, de estar abajo en la tabla viendo como los demás se alejan, del Gólgota que son nuestros errores, el sábado fue más de gloria en la semana santa del campeonato local y de las ilusiones aliancistas.

No es por las puras el beso en el Rosario que siempre acompaña al profesor Costas. Porque a fuerza de creer, inyectó en el equipo esa necesidad de ganar en casa y sacarnos la pesada cruz que los jugadores y la hinchada ya estaba sintiendo como una maldición.

Con el ánimo de no dar respiro a los cusqueños, los blanquiazules se fueron de frente en busca del triunfo. A los dos minutos, Luis Trujillo, ejecuta de buena manera un corner que es pescado por Leandro Fleitas, como si estuviera en las aguas del mar de Galilea, para rescatar ese gol que nos devolvía el alma y la fe.

Y sí Costas podía ser el profeta que anunciaba un triunfo, los apóstoles fueron esos diez obreros del medio campo que acompañaron a un solitario pero acertado Montaño que parecía querernos regalar en cada jugada, quiebre y pase, un sermón de la montaña. Un Mesías que nos iba a regalar el paraíso de los tres puntos.

Paraíso que llegó cuando un centro – otra vez, Trujillo – llega al medio del área del Cienciano y en una serie de reboteras, el chino Contreras nos regala el gol que sellaría el pasado de pesimismo, y nos apertura un presente de ilusión y esperanza. Era el minuto treinta y dos. Bastó ese primer tiempo para que Alianza demuestre que deseaba ganar. También que el receso había servido para corregir esos errores que lo habían crucificado en las fechas pasadas.

El segundo tiempo fue para consolidar el dominio y entre pasajes de buen futbol, coraje, entrega, y dominio desde la primera línea hasta la última, el equipo blanquiazul le dice a su hinchada que las cosas serán distintas a partir de ahora, que se es posible resucitar al tercer día, o a la tercera fecha. Porque pudieron aumentar el marcador, pero la mala suerte no dejó que Montaño, De la Haza y Gonzáles Vigil, celebraran.

Y la empatía entre equipo y pueblo entregado se demostraba en cada bandera que flameaba ondulante, de un lado para otro, como los pases que invitaban a los oles. Porque no solo existe La Pasión de Cristo, sino que existe una pasión tan grande y trascendental como la del Salvador de los cristianos, la pasión de este pueblo blanquiazul, que a fuerza de tragedias y dolores pasados, ha sabido salir adelante y airoso, cuando la fe era lo último que se tiene para perder.

Por eso no es gratuito el beso de Costas al Rosario que siempre lo acompaña, ni tampoco ese cántico que adorna la alegría de todos los hinchas que llevan la azul y blanca en el corazón: Yo tengo fe, que Alianza va a ganar, yo sólo sé que tengo que alentar…

¡ARRIBA ALIANZA TODA LA VIDA!

Comandosvr.com





Textos: Martín Roldán Ruiz


Fuente: www.comandosvr.com

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