De la victoria a la Gloria

Posted by Ricardo On 0 comentarios

El matutino "Hoy" esperaba turno para entrar en la rotativa. Se enteró del cambio en EL NACIONAL y también alcanzó a modificar su primera plana.
En las horas siguientes empezaron a conocerse detalles de la tragedia. Los satélites hicieron llover la noticia en todo el mundo. Reacciones de dolor llegaron a Lima de los cuatro puntos cardinales. El recuerdo de otras grandes tragedias deportivas sacudió a los fanáticos del futbol en todas partes. La muerte se anotaba otra victoria por goleada.

¿Que pasó en el Jorge Chavez? 

Las luces de Lima aparecieron a la distancia poco después de las 8 de la noche de ese martes fatal. El piloto pidió permiso para aterrizar a la torre de control e inició la suave curva de aproximación, para entrar desde el mar a la pista de aterrizaje. Accionó el botón para hacer descender las ruedas y sintió el tirón que dan al aumentar la resistencia al aire.

En el tablero de mando, una luz roja protestaba: mentira, el tren de aterrizaje no ha bajado, el piloto decidió recurrir a un árbitro: Torre, por favor verifiquen visualmente si el tren de aterrizaje está desplegado.
Son las 8:04. La torre insinúa, ¿habrá el pasaje sobre el campo a mil o 800 pies de altura? El piloto quiere que lo vean bien. "A 50 pies, señor" . Esto quiere decir que volara muy abajo, a los 165 metros. José Loza limache, desde una de las unidades de rescate movilizadas ante la posibilidad de que el avión tenga que realizar un aterrizaje de panza. Observa que el tren de aterrizaje está normal y lo comunica a la torre. Esta lo retransmite al Fokker.

Ya el avión ha dado dos vueltas sobre el Jorge Chavez y ahora, se dispone a dar una tercera, esta vez, al parecer, ya decidido el piloto a aterrizar.
Se afirma que en esos minutos postreros el piloto sostuvo dos conversaciones, con la torre de control del aeropuerto y con la torre de control de la base aeronaval situada al lado de la primera.
Son las 8:10, han pasado tres minutos y medio desde el último contacto entre la torre y el avión y la máquina no aparece sobre la pista. El personal se inquiera y pregunta reiteradamente "Halcón, torre escucha". El silencio responde.
La torre del Jorge Chavez llama a la de la base aeronaval. "Hemos perdido contacto con el halcón. ¿No tiene contacto en su frecuencia?. "No. no esta compadre".

El radar lo busca en su pantalla. Tampoco aparece. Juan Parra, de la torre de control alerta a las 8:20 a la unidad de búsqueda del Grupo Aéreo Número Ocho, al otro lado del Jorge Chavez. Los helicópteros salen a buscar al Fokker desaparecido en la oscuridad de la noche.

Las declaraciones del piloto sobreviviente y la "caja negra" del Fokker, darán seguramente alguna luz sobre lo que realmente sucedió en esos segundos en que el AE-560 empezó su tercera vuelta sobre la zona del aeropuerto y no la terminó pues cayó al mar, frente al balneario de Ventanilla.

Ocho dias de angustia y desesperación transcurrieron antes que la Marina anunciara el hallazgo de parte del avión. A las 17:45 horas del miercoles 16, los equipos especializados de la Marina ubicaron la cola y parte del fuselaje a 20 metros de profundidad frente a ventanilla.

El mar, avaro guardián de cuanto cae en sus entrañas, ha ido soltando poco a poco los restos de parte del equipo de Alianza Lima, pero mantiene a la mayoria, encerrado quizá entre los restos del avión, bajo la lápida de 30 ó 50 toneladas de peso.

Si resulta imposible rescatar los restos hundidos en el mar, el agua salada y el fango irán cubriendo poco a poco el fatídico Fokker y su preciosa carga,. Si la Marina logra que el viejo Neptuno suelte a sus víctimas, quedará el consuelo de darles sepultura en tierra.

DOLOR Y SOLIDARIDAD

Para millares de peruanos, aficionados o no al fútbol, la tragedia del Alianza Lima fue una herida, un dolor lacerante que nos hirió en mitad del pecho. Fue como esos golpes de la vida, de que nos habla Vallejo, que abren zanjas oscuras en el rostro más fiero y en el lomo más fuerte.

También fue, paradójicamente, oportunidad de sentirnos más cerca, más hermanos, más solidarios, más peruanos en suma, ante un sentimiento compartido y ante la congoja de no poder hacer nada contra la muerte.

Las escenas registradas en el estadio de Matute, contundentemente hablaron en estos días de la profundidad del dolor compartido de nuestro pueblo.

El piloto Villar habia sido rescatado a las 4:30am, cuando flotaba en el mar, ayudado por su chaleco salvavidas, por una patrulla naval que peinaba en el mar frente a Ventanilla.

En el mismo lugar, horas mas tarde, fueron encontrados los primero seis cadáveres de las víctimas del siniestro.

Cuatro de ellos correspondientes a miembros de la tripulacion de la aeronave: Rafael Ponce Gonzales, Domingo Mercedes Miranda, Carmen Quiñonez Chávez y Nora Sánchez Diaz. Los otros dos fueron del médico del club, Orestes Suarez y del utilero del equipo Andrés Eche.

Cuando el presidente Alan García llegó ese mismo día al estaido de Matute, unas 5'000 personas ocupaban las gradas, la cancha y los pasillos, en silencio, como mudas de pasmo. Solo algunos se atrevieron a romper ese silencio con sus aplausos, cuando el Presidente se acercó a expresar su condolencias a Augustín Merino, Presidente del club y a los deudos d Eche, que rodeaban su ataud a un costado del césped.

"No nos abandonen", clamó la anciana Carmen Aurora Chunga, de 78 años, madre del  utilero de Alianza Lima, su hijo menor y que llevaba 12 años trabajando en el club.

Al doctor Suarez, médico de Alianza Lima durante 25 años, lo lloraron también los niños internos en el hospital San Juan de Dios, donde prestaba sus servicios profesionales. Su colega Carlos Deza debió haber viajado a Pucallpa, pero desistió por motivos personales y lo reemplazó Suarez.

En las horas siguientes al accidente circuló la versión de que Alfedo Tomassini, un joven jugador de tez clara y preocedencia acomodada pero que se había integrado totalmente al equipo moreno de La victoria estuvo nadando varias horas al lado del teniente Villar.

Si dijo incluso, que luchó denodadamente por sobrevivir, pese a haber perdido una pierna. Sus restos nunca fueron encontrados, por lo que parece que tal versión sólo fue una leyenda, como las que surgen siempre al lado de las grandes tragedias.

En los dias siguientes, mientras crecía la desesperación entre los familiares de las víctimas, el mar solamente soltó a algunos chalecos salvavidas y restos del avión. Una pelota número cinco flotaba solitaria frente al balneario Santa Rosa, al sur de ancón. No era del avión, afirmaron después.

El martes 15, por fin, a una semana justa del fatal vuelo, el pacífico soltó a un jugador aliancista, Tomás Farfan, así como al hincha aliancista, Cesar Lozano Merea. Ambos fueron ubicados cerca de ventanilla. Más lejos, por pacasmayo, aparecieron los restos del árbitro Miguel Piña.

Continuara........