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¿Sabe por qué profe? Porque desde el año pasado en que nos íbamos para abajo, el hincha común, el de a pie, el de periódico de los lunes, el de radio en microbus, el que va al estadio y hasta el que está afuera en el extranjero, pedía su nombre para sacarnos del mal momento. ¿Por qué? Porque usted demostró ser técnico para este equipo. Porque, aparte, usted demostró ser hincha de esta camiseta. Y, lo más importante, usted demostró ser el amigo para este pueblo, por su calidad de persona.

Por eso, ahora, no importa mucho el que el equipo juegue bien. Porque si ayer ganamos sin gustar, porque si ayer ganamos apretando, porque si ayer ganamos más por corazón que por otra cosa, es porque usted ha sabido darle esa mística que años atrás nos llevó a ganar el bicampeonato 2003 – 2004.

Si no cómo hubiera podido Forsyth tener esas dos notables atajadas. El primero a Meza Cuadra cuando le detiene un fuerte cabezazo. Y el segundo, un tiro rasante a Caldas. Porque sabía que no podíamos perder, porque sabía que a pesar de los problemas internos del club, no podíamos bajar los brazos. Por eso la motivación en la defensa, en el mediocampo y en la delantera, que pugnaban por concretar, desordenadamente, pero allí, con esas ganas que en el futbol es tan importante como un 4-4-2. Y eso usted se lo hizo saber, sino hubiera sido como el año pasado en que perder un partido le daba igual a los jugadores, porque se había perdido el compromiso con los colores.

Porque sabemos que en el segundo tiempo, usted le dijo a Sánchez, Quinteros y Aguirre, cuando entraron por Montaño, Gonzáles Vigil y De la Haza, lo que tenían que hacer para mejorar el juego y el ataque, aprovechando la ventaja de haber sido expulsado Santiago Salazar, por doble amarilla.

Lo sabíamos muy bien, porque se veía cómo usted daba las indicaciones, cómo puteaba cuando una jugada no resultaba o cómo se lamentaba cuando un ataque se disolvía. Porque sufría igual que nosotros, la hinchada que había llegado de todos lados, y que desde la popular animaba al equipo para ir al frente y poner esos huevos que imponen resultados cuando lo futbolístico no alcanza.

Es por eso que llegó esa jugada donde Quinteros la sirve para el zorrito, quien se acomoda, buscando el espacio y de fuerte remate marca el gol que nos dio el triunfo, su triunfo; nuestra alegría, su alegría. Porque eran tres puntos claves de visita, porque eran los puntos que nos llevaban a la punta, y porque eran los tres puntos que nos invitan a soñar con un campeonato. Pero, por sobre todo, son los tres puntos que harán que usted recapacite a no irse, a no dejar a esta hinchada que lo quiere desde antes. Porque usted sabe muy bien que Alianza y su pueblo no merecen los dirigentes que tienen, que son los que cometen esos errores que le incomodan.

¿Profesor Costas, recuerda cuando la hinchada lo pidió para salvar a Racing en 1999? Nosotros le pedimos: “Por favor, quédese para dar una vuelta más en el 2009”. Y si no es así, quédese igual porque, para los hinchas, usted es el indicado para hacer un trabajo a largo plazo que nos lleve a tener un equipo que luche en todos los torneos donde la camiseta blanquiazul le toque disputar.

¡ARRIBA ALIANZA TODA L VIDA!


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Textos: Martín Roldán Ruiz